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Se cuenta que son seres solitarios,
que viven apartados y a los que el
resto de los animales respeta. Se
dice también que no se dejan ver
más que por los puros de corazón,
y que entre ellos, solo los más
puros, los hechos de bondad y
ternura, solo esos pueden tocarlos.
Las leyendas cuentan también que
los Unicornios, tan hermosos,
tan sabios, tan majestuosos,
tenían un punto débil
(o no tanto, tal vez...) Siendo
amantes de la belleza, a veces
se dejaban llevar y cambiaban su
libertad por el cariño y los cuidados
de alguna dama hermosa,
convirtiéndose casi en un animal
doméstico que acudía a visitarla a
la misma hora a su jardín. Por eso
son frecuentes las imágenes que les
retratan cerca de doncellas,
dejándose cuidar por ellas.
En cualquier caso, los Unicornios son un
símbolo. Representan fuerza, libertad,
imaginación, sueños, ilusiones... Aunque
pasado el Romanticismo pocos historiadores
se refirieran a ellos más que para desmentir
supuestas apariciones,
los unicornios de alguna manera
están presentes, porque lo que simbolizan sigue existiendo. Las ilusiones, el
deseo de libertad, la fuerza
de la naturaleza, las ganas de soñar...
Tal vez todavía hoy sigan ahí
paseando entre los árboles de
un bosque. Tal vez si tú eres una
de esas personas en las que reina
la ternura y paseas de cuando en
cuando por las cercanías de algún
bosque, te parezca ver una luz
extraña entre los árboles.
Y puede que sea algún rayo de
sol reflejándose en un cuerno...
El unicornio es también representación
de los dos sexos en uno. Su cuerno
simboliza el sexo masculino, es un
símbolo fálico asociado al hombre,
pero a la vez muchas veces el
cuerno del unicornio se representa
en espiral, un símbolo femenino que
recuerda al sexo de la mujer, y
también se asocia con el agua
(por similitud con las caracolas
de mar, posiblemente). Mientras
que el fuego y el aire son
elementos asociados a lo masculino,
la tierra y el agua conllevan una
carga femenina. Así, aúna en el
propio cuerno la masculinidad y
la feminidad.
El cuerno del unicornio es el
recipiente de su magia y de
sus pensamientos y experiencias.
Del mismo modo, en él se encuentra
un extraño sentido, similar a lo que
nosotros llamaríamos "sexto sentido",
o una poderosa intuición, que le lleva
a brillar ante el
peligro. Además, hay animales que
lo presentan más liso o con rugosas
espirales. Si tiene las espirales muy
marcadas, es un animal viejo, que ha
acumulado gran cantidad de conocimientos,
vida, sensaciones. Si el cuerno está liso,
casi intacto, es un unicornio recién
nacido o con pocos días. En realidad
en esto no es muy distinto de nosotras,
las personas, que también con el paso
de los años las huellas de lo vivido se
dejan ver en nuestro rostro como
pequeñas arrugas...
Al cuerno también se le supone poderes
curativos o venenosos según la intención
con que se use. También había leyendas
que decían que si se le cortaba el cuerno
a un animal vivo, de este nunca dejarían
de brotar alimentos y riquezas
sin fin (y de ahí la expresión "el cuerno de la abundancia"). Eso sí, casi todas
las historias también coinciden en
que arrancarle el cuerno supondrá
la muerte irremediable
del unicornio... Compensaría?
Hubo un tiempo en que la gente,
convencida de la existencia del
mítico animal y apreciándole más por
el valor material que podía tener que
por lo que de soñador y
mágico tiene, por lo que
representa en tanto que
persecución de la utopía,
de las ilusiones... sin pararse
a ver esto, buscaban la manera de
hacerse con un cuerno que les
garantizase una vida lujosa y larga.
Nobles y reyes llegaban a pagar
grandes cantidades
de dinero por algo que, al no haber
visto nunca, no podían asegurar que
fuese o no un cuerno del mítico unicornio.
Así, surgían teorías que demostrarían
que el cuerno era o no real: una de
ellas decía que al meter un
verdadero cuerno de unicornio
en un recipiente con agua,
ésta debería empezar a
hervir; otra recomendaba meter el
cuerno en una caja con cuatro
escorpiones vivos y considerar
que era verdadero si
éstos morían en unas horas.
Probablemente el cuerno era capaz de
proporcionar la felicidad, sí, pero de una
manera que los que fueron capaces de
asesinar un unicornio para conseguir su
preciado tesoro nunca habrían imaginado.
Así que si tenéis la suerte de ver un
unicornio (que no suelen ser
especialmente sociables),
simplemente dejaos
fascinar por su belleza
y su libertad, sin asociarlo
con posibles riquezas... Si eso
es lo que os sucede, podréis
consideraros afortunados,
porque habréis descubierto la
clave más importante de la
felicidad: disfrutar de la
belleza que te rodea sin querer
guardarla para ti solo, ni desear
más que lo que ese momento te está ofreciendo.
Las enciclopedias dicen que se trata de
un animal mítico con cuerpo de caballo
y un cuerno en medio de la frente.
Pero la universalidad de las leyendas
y testimonios que hablan sobre este
fabuloso animal, tanto en China como
en África o América y, por supuesto,
en Europa, parecen indicar que hubo
un tiempo en que el hombre podía
encontrar al unicornio mientras
atravesaba un bosque o caminaba
por parajes solitarios. De hecho,
quien investiga la historia del
unicornio llega a la conclusión de que
esta criatura no es tan fabulosa
o extraña como se nos ha hecho creer.
El caso es que, durante la Edad Media,
su figura era símbolo de poder,
pureza y dignidad real, así como
de energía espiritual y creativa. Pero es
curioso que encontremos al unicornio
en leyendas
chinas y también, aún más curioso,
en el arte popular
indígena americano. Pero, ¿cómo
ha podido extenderse
tanto la leyenda de una figura
solamente mítica?.
La verdad es que quien investiga
la historia del unicornio
llega a la conclusión de que este
animal, como otros,
no es tan fabuloso como se nos hace creer.
El cuerno del unicornio
parece ser el recipiente o
cauce de su pensamiento; también se
cree que pueda ser el
órgano en que radique un misterioso
sentido. Los racionalistas a ultranza
estiman que las
leyendas sobre el unicornio tienen su
origen en el encuentro
de los antiguos viajeros con antílopes
del desierto como
el orix, cuyos cuernos, vistos de
perfil, pueden parecer
uno solo. RODRIGO DE ALBORNOZ,
contador de
la Nueva España asegura que vio
unicornios en tierras de
Cibola "y que, aunque no eran tan
ágiles como los que
pretende haber representado en
tapices y estampas,
eran unicornios al fin y al cabo".
En conclusión no sé si realmente han
existido, pero me parece que son
los seres mas bellos de
los que he tenido conocimiento.
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